Una ley que no existia cuando se hicieron esas vidas cerca del mar, por pescadores y soñadores que solo buscaban vivir su vida y disfrutar de las olas del mar.
La jueza, muy amable ella, se ha apiadado de algunas de las familias (otras están ya en la calle sin casa y sin saber a donde ir, con sus sueños y sus vidas rotas, sus recuerdos, su alma...) y les ha dado 30 dias para que se busquen otro sitio en donde ver crecer a sus hijos, recibir a sus parejas tras una dura jornada de trabajo o simplemente disfrutar de un atardecer. ¡Qué generosa es la justicia!
Esa misma justicia que no se atreve con los que tienen más que otros, con los que no se han ganado su fortuna, con los que se han aprovechado de otros sin importarles como conseguirla. Y cuando lo hacen, es para quedar bien ante las cámaras y pasado un tiempo...aquí no ha pasado nada.
Vuelvo a preguntarlo, porque nunca me cansaré. Me dolerá, me parecerá irreal pero nunca me cansaré de preguntar: ¿Qué sociedad estamos creando; qué permitimos a unos y porqué no actuamos para mejorar, para cambiar desde el amor y la justicia todo aquello que está mal?
¿Dónde queda la revolución y el esfuerzo de todos aquellos y aquellas que soñaron con un mundo mejor?
TÚ RESPONDES. Hasta la proxima batalla.
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